Descubriendo las Esmeraldas en Colombia
Las minas de Muzo y los de Chivor eran explotados por nuestros aborígenes antes de la venida de los españoles. Estos al mando de Gonzalo Jiménez de Quesada descubrieron en 1538 el segundo de los nombrados. El primero fue descubierto en 1544 por tropas al mando de Diego Martínez. Se estima que los depósitos de los yacimientos colombianos de Muzo y Quípama tienen un período de formación de 32 ± 3 millones de años.
En Colombia los yacimientos de esmeraldas fueron explotados desde la época prehispánica por los Muzos, tradicionalmente se consideraron un pueblo caribe, eran un grupo indígena que ocupaba el territorio del actual municipio de Muzo y zonas de los hoy departamentos de Boyacá, Cundinamarca y Santander, fueron conocidos por su belicosidad y sus conflictos con los Muiscas por la posesión del territorio y por la explotación extracción de las esmeraldas que utilizaban para el trueque y para embellecer sus adornos, además fueron expertos talladores de las esmeraldas. Los españoles al mando de Gonzalo Jiménez de Quesada, descubrieron que en la zona existían betas de esmeraldas y trataron en varias oportunidades de someter al pueblo Muzo, pero los españoles fueron derrotados en cruentas batallas en 1539, 1544, 1550 y 1551 (fueron 20 años que lucharon contra la superioridad militar de los españoles y no revelaron la ubicación de las minas así eso significara su exterminio), hasta que finalmente Luís Lancheros los derrotó y prácticamente exterminó a los Muzos en el año de 1559.
Luego de ser derrotados y prácticamente exterminados los Muzos y sometidos los Muiscas, los españoles comenzaron a explotar minas de esmeraldas localizadas todas en la zona del altiplano Cundiboyacense y Santander, especialmente los yacimientos de Muzo y Chivor y mas tarde en 1646 fueron descubiertos y explotados los yacimientos de Coscuez. Durante los años 1810 a 1824, las minas de esmeraldas no fueron explotadas por ser épocas de mucho cambio y conflicto por la construcción de la nueva patria, cuando el Ministerio de Hacienda otorgó la explotación de las minas con un modelo de cesión (periodos determinados) del producido que debía pagar una participación al insipiente estado, pero solamente hasta la constitución de 1886 se incluye la reserva y propiedad sobre las minas de esmeraldas al estado colombiano.
